Tus rosas violetas - Salvador Briceño
TUS ROSAS VIOLETAS
Cansado de tanto caminar, buscando un maldito lugar donde vendan tus flores favoritas, no había, no vendían, «esas no salen, caserito». Recorriendo por todo el Centro sin descanso, tenía que encontrarlas sí o sí, era una fecha importante, un año desde la primera vez que salimos. Aquella noche fuimos al cine, comimos algo, la lluvia nos sorprendió, mi casaca fue tu abrigo y mis brazos tu refugio, casi de película, lo único que faltó fue un beso, tú estabas dispuesta, mas mi cobardía no me lo permitió.
Cinco minutos después me hubiera rendido, aquellas rosas violetas hubieran sido tan solo una buena intención, pero una señora de apariencia curiosamente noble me sorprendió por detrás: «Tengo lo que buscas». Tomó de mi mano y me llevó por una quinta, apretaba muy fuerte para la edad que simulaba tener, yo tampoco puse mucha resistencia, necesitaba a como de lugar esas benditas rosas, no tenía nada que perder, tan solo un par de cientos de soles, dinero dispuesto a abandonar por una sonrisa tuya.
La señora me llevó hacia la última puerta de la quinta y me hizo esperar afuera, una pequeña fuente rota, un caño ya oxidado al final, muchos cordeles con diferentes tipos de ropa, Tony Rosado de fondo a todo volumen, el ambiente era familiar, hacía ya mucho tiempo que no veía esas cosas, mi vida cambió a partir de un trágico día, me alejé de los míos. Algo se estrujó en mi pecho.
La señora me llevó hacia la última puerta de la quinta y me hizo esperar afuera, una pequeña fuente rota, un caño ya oxidado al final, muchos cordeles con diferentes tipos de ropa, Tony Rosado de fondo a todo volumen, el ambiente era familiar, hacía ya mucho tiempo que no veía esas cosas, mi vida cambió a partir de un trágico día, me alejé de los míos. Algo se estrujó en mi pecho.
La señora salió por la puerta sostenida por apenas una bisagra, con unas rosas tan violetas como tan solo lo podría apreciar una abeja o una mariposa. Mi sonrisa era inevitable, pregunté cuánto sería la gracia, ella sólo dijo: «Cinco solcitos, hijito». Salí satisfecho de aquella quinta con las rosas en la mano, sin preguntarme algunas dudas razonables… ¿Por qué? ¿Cómo supo? ¿De dónde? En fin, yo estaba feliz.
Hubiera sido muy útil preguntarle a aquella vieja quién era, de dónde sacó las malditas rosas…
(Fragmento)
Salvador Briceño López
(Lima)
SALVADOR BRICEÑO LÓPEZ (Lima, 1998) Aunque sea limeño de nacimiento, siente un gran arraigo con la serranía. Actualmente estudia Derecho, carrera que le apasiona tanto como escribir. Ha participado con sus relatos en los libros Amor, horror y otros placeres narrativos (Editorial Poetas y Violetas, 2016), Literal (Editorial Autómata, 2018) y ¿Quiénes abren las puertas? Once relatos de ficción (Editorial Poetas y Violetas, 2018).
*Relato incluido en Atmósfera sombría (Edit. Poetas y Violetas, 2017). El autor tiene dos relatos en este libro de cuatro narradores. Más info del libro aquí. La obra la encuentras con la editorial escribiendo a poetasyvioletas@gmail.com
Para leer más relatos del libro aquí.
________________________
Mira nuestras convocatorias aquí.
Visita nuestro catálogo de libros aquí.
Y si quieres publicar tu libro con la editorial, escríbenos al correo poetasyvioletas@gmail.com
Dale Me Gusta a nuestro fanpage: Poetas y Violetas
Síguenos en Twitter: @PoetasYVioletas
En Instagram: @editorialpoetasyvioletas
Imagen por: Image by PublicDomainPictures on Pixabay
Comentarios