El Pariwana Wak'a - Juan Carlos P. Melgar


EL PARIWANA WAK'A  

     No lo quería hacer… no lo quería hacer, pero eso me obligó.
     Aún recuerdo aquel día infernal… aquel día de muerte.
     Volvía a casa, después de una tranquila jornada laboral. Lo único que quería era llegar a su lado, sentarme con ella en la mesa y probar su deliciosa comida.
     Tenía un año y medio viviendo con ella, éramos felices y todo iba bien hasta que se le ocurrió comprar esa estúpida imagen de ave tallada en piedra.
     «Pariwana Wak’a», me dijo que se llamaba la figura monolítica.
     Todo cambio desde ahí. Y estoy seguro que esa maldita imagen que ella adquirió es la responsable de toda esta desgracia.
     Vivíamos en un pequeño apartamento ubicado en el centro de la ciudad. Nuestra modesta pero acogedora morada siempre estaba llena de alegría y música suave. Ambos trabajábamos, al final del día quien llegara primero era el encargado de ambientar el departamento con el objetivo de tener una velada amena.
     No era voluptuosa, ni una supermodelo, pero su sencillez y su sonrisa la hacían la mujer más hermosa del planeta para mí. Tenía un sazón increíble y eso que nunca estudió artes culinarias, lo cual la hacía increíblemente única. Nunca paraba triste, nunca hasta que esa imagen de ave la corrompió… nos corrompió.
     Habían pasado tres días desde que ella fue a un mercado de artesanías. Recuerdo que, en una conversación que tuvimos, ella me comentó que algo en esa imagen le había llamado la atención.
     No entiendo qué demonios podría haberle llamado la atención, la imagen era la de un simple plumífero deforme tallado en un pedazo de piedra.
     «Es un horrible pajarraco», dije, mientras que, abrazados, nos burlábamos de la imagen.
     Esa noche soñé que estaba en nuestra sala, sentado en el comedor y esperando la deliciosa cena que ella me había preparado. Ella no estaba en la cocina y la cena ya estaba puesta en la mesa, cubierta en una fuente de oro.
     La destapé, y tras el vapor solo vi un trozo de una marrón sustancia sólida, similar a un hígado humano, cubierto de sangre y, luego, cuando disponía a saborear dicho asqueroso platillo… nada, ya había despertado.

(Fragmento)
Juan Carlos P. Melgar
(Ica)

JUAN CARLOS P. MELGAR Nací en Ica, pero viví en Lima casi toda mi vida. Soy Economista, Bloguero, Amante de la noche y las aventuras. Actualmente vivo en Brisbane, Australia.

*Relato incluido en Atmósfera sombría (Edit. Poetas y Violetas, 2017). El autor tiene cinco relatos en este libro que incluye a cuatro narradores. Más info del libro aquí. La obra la encuentras con la editorial escribiendo a poetasyvioletas@gmail.com

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